El viernes 18 de octubre en la sede de la Secretaría de Educación de la región de Tarapacá (SECREDUC), más de 70 docentes establecimos puentes e intercambios. Estuvimos yendo y viniendo entre resultados de investigaciones, mejoras en la docencia e inquietudes y problemas del rol docente en estos tiempos de tantas conexiones virtuales.
Empezamos con una presentación del Dr. Juan Antonio Huertas que pretendió recordar el marco del funcionamiento de una clase, entre la actuación de los docentes y el papel activo de los estudiantes a la hora de recibir y actuar con la información y las tareas que se les propone. Cada estudiante es un mundo porque constantemente está tomando decisiones sobre cómo atender a las demandas de la clase en virtud de las evaluaciones que hace sobre la pertinencia, el interés, la utilidad, los costes, etc. de lo que está recibiendo. Algo que debemos tener en cuenta los docentes cuando nos dirigimos a nuestros estudiantes. Nuestra labor, en cierta manera, es imposible, pretendemos que nuestros alumnos hagan lo que tenemos planeado y sabemos que cada uno responderá a su modo. En esa ponencia se pasó revista finalmente a las estrategias que podemos usar para activar el querer aprender de las y los alumnos.
El Mg. Juan Romeo Dávila expuso los resultados de uno de los estudios principales de su tesis doctoral que pretendía avanzar en la estructura de un constructo muy de actualidad, el bienestar docente. Desentrañar pues cuáles son sus principales componentes. A diferencia de otros modelos de bienestar que solo enfatizan características intrapsicológicas, el modelo propuesto incorpora, con pesos similares, también factores del contexto educativo como el claustro de docentes que acompaña a cada uno, el modo de interactuar con sus estudiantes y la carga de trabajo y demandas las profesoras y profesores tiene que acometer en su trabajo que muchas veces va más allá de la enseñanza. Ejemplificó esta composición multivariante del bienestar docente con los datos de mas de 350 docentes de la misma región de Tarapacá. Esos resultados mostraban en líneas generales una disociación entre una apreciación buena de los factores personales que afectan al bienestar personal y una menor de los factores contextuales. El dibujo de un docente que se siente capaz, pero que a veces no percibe lo mismo de sus colegas y sobre todo se siente sobrecargado. Quizás un panorama muy generalizable a otros lugares.
La profesora Sara Kenigs nos relató su experiencia como participante en otro estudio de la tesis de Juan Romeo, en donde se intentaba poner en marcha un procedimiento de asesoramiento colaborativo para la mejora de los sistemas de evaluación formativa en sus clases de filosofía. Para ello había realizado, junto con sus colegas, un proceso de formación en el uso de herramientas de evaluación, como las rúbricas. Posteriormente había elaborado una para guiar el aprendizaje del proceso de argumentación y deliberación del uso de redes sociales por sus estudiantes. Rúbrica que terminó de perfilar y detallar recogiendo las opiniones de ellos. Terminó relatando los resultados obtenidos. Los comentarios de sus estudiantes mostraban un alto grado de interés por los beneficios que le había reportado esa experiencia, estaban satisfechos y lo encontraban de utilidad para mejorar sus resultados de aprendizaje y las calificaciones obtenidos. Lo mas relevante de la intervención de Sara es que cuando un docente expone los cambios que hace en sus clases está mostrado evidencias de un nivel de veracidad mayor que cuando lo hacemos los investigadores. La diferencia entre la realidad cotidiana y la que se genera en nuestros estudios con más control y mas artificialidad y por lo tanto menos sostenibles.
Terminaron las intervenciones con el profesor Huberto Gomez de la Universidad Arturo Prat que hizo un relato recogiendo lo principal y exponiendo los interrogantes que quedaban abiertos. Destacó de entre ellos la necesidad de centrar el papel del psicólogo educativo en estos nuevos escenarios, que no puede limitarse a un trabajo tan clínico y debe tener un trasfondo mas social y educativo.
Tal final hubo un coloquio a partir de las preguntas de los asistentes que fueron todas de un gran calado. Muchas de ellas tenían que ver con las otras labores que tiene que hacer los docentes en especial con el trabajo y la implicación de las familias.
En definitiva, este acto sirvió claramente como un escenario donde tender puentes entre la labor que construimos los investigadores y su difusión y uso por los docentes. Uno de los principales objetivos de Thymós.