El poder del feedback en la docencia universitaria

La relación entre la forma en que los profesores enseñan y el rendimiento de sus estudiantes es un tema ampliamente reconocido dentro de la Comunidad Universitaria. Aunque es importante destacar que el desempeño del profesorado no es la única variable que influye en el aprendizaje de los alumnos, es innegable que juega un papel crucial en este proceso.

La docencia es un arte

Varios autores consideran que la docencia es un oficio de carácter artesanal (Dubet, 2006; Alliaud, 2017), que implica un saber hacer orientado a promover el conocimiento y las experiencias teniendo en cuenta las sensibilidades, emociones e intereses del estudiante. Desde la publicación del informe Delors, en 1998, ya se nos advierte sobre la importancia de las competencias emocionales en el sistema educativo, destacando la necesidad de ofrecer un entorno que fomente el desarrollo integral del estudiante, preparándolo para enfrentar desafíos y desarrollar sus fortalezas. Al respecto, en los últimos años en Thymós hemos realizado investigaciones que se focalizan en el estudio de los climas de clase en diferentes contextos educativos (Bardelli, 2017; Alonso-Tapia, Ruiz y Huertas, 2019).

Por lo tanto, es crucial asegurar que los docentes que formarán a la futura generación de profesionales estén debidamente preparados y posean las características, estrategias y competencias necesarias para desempeñarse eficazmente. La pregunta que surge entonces es cómo evaluar esto, y es precisamente este el tema que abordaremos en esta entrada.

¿Cómo aseguramos la calidad docente del profesorado universitario en España?

La evaluación del desempeño docente universitario en nuestro país ha sido objeto de debate durante décadas. Con la Ley de Reforma Universitaria de 1993, se estableció que cada universidad tiene la responsabilidad de evaluar el desempeño docente. A pesar de esta autonomía, existen criterios generales para evaluar la calidad docente del profesorado universitario que incluyen procedimientos como informes del propio docente, informes de la institución o de órganos externos, así como encuestas a los estudiantes.

Es precisamente el tema de las encuestas docentes lo que nos interesa en este momento. Como docentes universitarios, somos conscientes de que nuestros estudiantes son llamados a evaluar nuestro desempeño cada año, pero en ocasiones estas encuestas no resultan ser ni fáciles ni enriquecedoras para su propósito. Los métodos utilizados para recopilar el feedback del estudiante a menudo presentan deficiencias, con un enfoque limitado y con la mayoría de las evaluaciones que se devuelven al final del curso, lo que impide implementar cambios inmediatos. El objetivo principal de estas encuestas debería ser mejorar la práctica docente, permitiendo al profesor reflexionar sobre su enseñanza y realizar cambios y mejoras pertinentes, ¿pero qué hacemos con esta información que nos llega y de qué modo impacta el modo de enseñar?  

El poder del feedback en la educación superior

La investigación educativa en feedback se ha centrado casi en exclusiva en cómo retroalimentar a los estudiantes (Shute, 2007), dejando de lado cómo ofrecer ese feedback al docente para que esto repercuta, a su vez, en el alumnado. 

En la actualidad sabemos que cómo los estudiantes perciben y utilizan el feedback es esencial para que puedan mejorar su aprendizaje, su motivación, autorregulación o autoeficacia. Además, el docente, como pieza esencial de la ecuación educativa, ha sido objeto en numerosas investigaciones (v., Brookhart, 2017) con el propósito de aprender a brindar, de la manera más efectiva posible, esa retroalimentación a su alumnado. Se ha estudiado cómo los docentes pueden mejorar sus habilidades comunicativas o adaptar la retroalimentación a las características individuales del estudiante con el fin de influir sobre su rendimiento y motivación, pero, ¿qué ocurre antes de todo eso? ¿quién evalúa al docente? ¿cómo se devuelve el feedback el profesor sobre su propia práctica docente? ¿qué hace el profesorado con la retroalimentación que recibe? ¿y cómo impacta en su docencia? 

En Thymós, creemos que es necesario responder a estas preguntas y otras relacionadas para profundizar sobre cómo sacar provecho al feedback como herramienta de evaluación en la etapa universitaria. Consideramos que es un paso esencial para contribuir a la mejora integral del proceso de enseñanza-aprendizaje en el ámbito universitario. Es por ello que algunos de nuestros investigadores (Miriam Granado, Jaime Serrada y Noemí Bardelli) como parte del grupo de investigación estable EMICE (Evaluación, Metodología e Intervención en Contextos Educativos) de la Universidad Francisco de Vitoria, se encuentran inmersos en un proyecto de investigación sobre feedback docente sobre el cual te contamos a continuación.

Investigando sobre feedback docente en la Comunidad de Madrid

En este sentido, dado que la Comunidad de Madrid se considera el epicentro de la educación superior en España, aglutinando 19 de las 83 universidades del país, hemos decidido llevar a cabo un estudio para conocer la percepción del profesorado universitario madrileño sobre el feedback que recibe de sus estudiantes. Este estudio busca entender la utilidad percibida de esta retroalimentación, su impacto en el proceso de enseñanza-aprendizaje y si permite introducir cambios en la práctica docente. 

Si deseas colaborar con nosotros en esta investigación, te invitamos a completar el cuestionario a través del siguiente enlace.

Tu participación será fundamental para obtener una visión actualizada del panorama y plantear futuras investigaciones que ayuden a los docentes a utilizar de manera efectiva estas evaluaciones, impactando así directamente en su enseñanza y en el aprendizaje de los estudiantes.

Quizás, en unos meses, podamos volver a este espacio y contaros un poco más sobre lo que entonces sabremos, ofreciendo pautas que sean útiles y enriquecedoras para la Comunidad Universitaria.

Referencias bibliográficas:

Alliaud, A. (2017). Los artesanos de la enseñanza. Acerca de la formación de maestros con oficio. Paidós.

Alonso-Tapia, J., Ruiz, M.A. y Huertas, J.A. (2019). Differences in classroom motivational climate: causes, effects and implications for teacher education. Anales de Psicología, 33(1), 122-133. https://dx.doi.org/10.6018/analesps.36.1.337911.

Bardelli, N. (2017). Clima emocional de clase: Diseño de un programa de intervención sobre las relaciones de cercanía en el aula de la escuela secundaria como estrategia de asesoramiento pedagógico. [Tesis de maestría en Psicología Cognitiva y Aprendizaje]. FLACSO Argentina y Universidad Autónoma de Madrid.  Recuperado de https://repositorio.flacsoandes.edu.ec/bitstream/10469/14119/2/TFLACSO-2017NEB.pdf

Brookhart, S. M. (2017). How to give effective feedback to your students. ASCD. Recuperado de https://acortar.link/v95l7e

Dubet, F. (2006). El declive de la institución: Profesiones, sujetos e individuos en la modernidad. Gedisa.

Shute, V. J. (2007). Focus on formative feedback. Educational Testing Service. Recuperado de https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1002/j.2333-8504.2007.tb02053.x